Poema: Le petit prince et sa rose patagonienne
Por Yago Salmón De Lucio
Le petit prince et sa rose patagonienne
Es irreprochable el sinsabor ausente en nuestra conversación,
Presente la manera en la que me emociono sin razón.
l'eau dans nos hémisphères tourne du côté opposé,
“soy mar y tú vas río abajo”.
¿Es raro o no?
Creo ya caí en tu trampa, del otro lado de mi pantalla,
No suele pasarme que yo mire con mirada ausente por mi ventana.
Y sólo dos horas se encuentra en interferencia horaria,
Ignoremos el hecho de que somos dos niños jugando a pintarnos rayas.
Aunque la química es inherente, Solo falta la combustión.
Quizá yo sea propano y tú mi tan deseada ignición.
Luz radiante, completa de oxígeno y Co2,
Muy científico quizás, falta historia para los dos.
Y si te gustan los griegos puede que seas Electra,
Quizá por eso te gusten tanto los océanos y las tierras firmes,
Como ésta.
Por otro lado Perséfone te encajaría,
Yo tu Hades de inframundo aun sin rumbo,
A la deriva.
Porque aun somos de mundos muy distintos,
Pero ambos sabemos que “Dios ha muerto”,
Es nuestro instinto.
Volátil, impregnado de Baobabs, mi nueva rosa.
De jardinero a flor, no dudo en decirte “eres la más hermosa”.
Aun no te veo pero como ya sabes,
Son imperfecciones del vidente las de un reo.
Como en mi poema anterior te decía,
Es cuestión de poetas enamorarse, el braille es cortesía.
No hace cuestión, mucho menos diferencia tener ambos ojos.
Es capaz percibir que quien te habla es de oro.
Para ti, mis orejas son de duende,
Largas y longevas como tus palabras,
Están al dente.
Al frente de contarme una historia muy preciosa,
Haz de cuentas que esto es solo un poema,
Y tú mi nueva prosa.
Mi espectadora Tácita como la:
¿Enamorada de Carlos?
Quién sabe, a lo mejor del no haber, al algo, hay un solo paso.
Tranquila querida, este es sólo un salto.
Pero no hay que esprintar donde es lindo que haya paz y unos cuantos años.
¿Para comprender el presente hay que analizar el pasado?
Quiero que descifres cada enigma de mis engaños.
Cada paradoja, cada cero al lado,
Que me expliques porque a veces me pongo triste,
Sin exhibir mis daños.
Encontrémonos diamantes tallados con oro,
Esmeralda y cobres son parte del todo.
Porque el todo incluye lo que menos vale y lo más escondido,
Cuéntame hasta tus secretos más recónditos.
No quiero que pienses que soy pesado,
De otra forma disminuyamos la gravedad,
Puedo ser un dado.
Lánzame como más te apetezca,
Todas mis caras esconden sorpresas.
Ninguna es mala, no hay cataclismos ni incertezas,
Solo intimísimas formas para edificar Pangeas.
Y ahora que le petit prince se va para Argentina,
Guárdame una birra helada para brindar por ti, mi niña.
Poco a poco así no se arma un quilombo,
Es cuestión de encontrar el punto medio para este embrollo.
Ahora el príncipe se irá acostar,
Para los sobrevivientes este tema,
Les va a gustar.
Les va a gustar.
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